jueves, 3 de septiembre de 2009

Los psicólogos de EE.UU. podrán ayudar a combatir los impulsos homosexuales

Esta es la última y sorprendente noticia que me he encontrado en la web. Pero lo mejor de todo es que es en la web de la Cope y en la sección de "nuevas orientaciones"... ¿nuevas? Dadme vuestra opinión porque yo estoy taaaaan sorprendido que no se ni qué decir.

La Asociación Americana de Psicología (APA) acaba de admitir que es ético –y puede resultar beneficioso- que los terapeutas ayuden a sus pacientes a rechazar los impulsos homosexuales. Este cambio de rumbo resulta sorprendente, si se tiene en cuenta que hasta ahora la terapia más generalizada entre los psicólogos es la afirmativa, es decir, la que dirige a pacientes con estos conflictos a admitir y desarrollar su orientación sexual.
La noticia, publicada por Stephanie Simon en The Wall Street Journal, explica que la revisión de las líneas generales de actuación de la APA, la asociación de mayor implantación mundial –150.000 psicólogos–, se produce para introducir más respeto hacia las creencias religiosas de las personas, que hasta ahora se dejaban de lado. “No estamos intentando animar a la gente a pasar a ser ex gays”, afirma Judith Glassgold, directora del grupo de trabajo implicado, “pero tenemos que reconocer que para algunas personas, la identidad religiosa es una parte muy importante de sus vidas y puede trascenderlo todo”.

Según las nuevas orientaciones de la APA, el terapeuta debe dejar claro que la homosexualidad no es un trastorno mental. “Pero si el cliente cree que reafirmar su atracción por personas del mismo sexo podría ser una ofensa a Dios o resultar destructivo para su fe, los psicólogos deben ayudarle a construir una identidad que rechace el poder de esos impulsos”, recoge Simon en su artículo, “lo que puede requerir vivir en celibato, aprender a desviar los impulsos sexuales o proponerse una vida de lucha como una oportunidad de acercarse más a Dios”.
La asociación tiene previsto promocionar este nuevo enfoque para la sexualidad a través de una campaña de vídeos en You Tube, charlas en colegios e iglesias y presentaciones a terapeutas cristianos. Según la doctora Glassgold, de la APA, hay muy poca investigación sobre los efectos a largo plazo que supone el rechazar una identidad gay, pero no “hay ninguna prueba de que esto haga daño” y “algunas personas parecen estar contentas con ese camino”.

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